viernes, noviembre 30, 2007

El hombre que un día se declaró poeta

A la entrada de mi clase, desde hace un año, pegado en la puerta, hay un poema de Antonio Gamoneda, premio Cervantes de las letras del año pasado.
Allí continúa.
Hoy añadiré, porque la poesía es arte y es mágica, y porque quiero que mis alumnos sean conscientes de la belleza de las sensaciones, no sólo musicales, otro de Juan Gelman.
El hombre que creció leyendo El Quijote.
El hombre que dice escribir por vicio.
El hombre comprometido.
El hombre que un día se declaró a sí mismpo poeta.
El hombre que sigue buscando respuestas. “La voz seguramente cambia, pero las obsesiones no: el amor, la niñez, la revolución, el otoño, la muerte, la poesía, siguen sumiéndome en la abierta oscuridad de su sentido, obligándome a buscar respuestas que nunca encontraré".
El premio Cervantes de este año.


AUSENCIA DE AMOR

Cómo será, pregunto.
Cómo será tocarte a mi costado.
Ando de loco por el aire,
que ando que no ando.


Cómo será acostarme en tu país de pechos tan lejano.
Ando de pobre cristo a tu recuerdo
clavado, reclavado.

Será ya como sea.
Tal vez me estalle el cuerpo todo lo que he esperado.
Me comerás entonces dulcemente,
pedazo por pedazo.

Seré lo que debiera.
Tu pie. Tu mano.



Hoy, viernes, para ti.
Abrazo.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Tiene que ser un privilegio para tus alumnos, disfrutar de tus conocimientos en literatura, música,cine, etc.
Seguro que en un futuro, serán personas muy cultas.
Es enriquecedor, contar con personas, que estáis dispuestas cada día, a compartir con los demás la importancia de las cosas.

Anónimo dijo...

Es un privilegio para sus alumnos y para sus compañeros/as a los que cada día obsequia con algún detalle.

Por ejemplo a mí me encanta que María Jesús me invite a ver cualquiera de sus clases de música. Hoy mismo he estado en una de ellas en la que un alumno ha interpretado una preciosa melodía con su bandurria.

Tú compartes y haces que ellos compartan. Seguro que para ese niño ha significado mucho mostrar a los demás los resultados de su trabajo mientras sus compañeros aprendían a respetar y valorar las audiciones en directo.


Sigue regalándonos tus textos y tu experiencia y a pasar buen fin de semana.

Mª Jesús Lamora dijo...

Compartir es algo hermoso, como los versos que comparte Gelman, escribiéndolos para que nosotros los leamos.
Gracias por vuestros comentarios,sinceramente.Que disfrutéis de las palabras, de la poesía, del arte, de la belleza.

Fran Balsera dijo...

Es un privilegio tener como maestra a María Jesús porque, tal como observamos en sus entradas de blog no sólo escribe textos bellísimos (se nota que la Sra. Lamora tiene muy desarrollada su inteligencia lingüística), sino porque hable de lo que hable, ya sea música, literatura, pintura, da a sus textos un enfoque completamente emocional, y eso hace que sean textos vivos, con los que habitualmente nos sentimos identificados. Y sí, me imagino al niño de la bandurría tocando en el aula de Música, con una enorme autoestima y, como dice Cristina, con el respeto de los que están escuchando. Y es que el mundo de los niños es el mundo de las emociones.
Abrazo.

Fran Balsera dijo...

Perdón, quise decir "bandurria" y no "bandurría"
jeje

Mª Jesús Lamora dijo...

Je, je, Fran, lo de bandurría te lo voy a recordar algún día. Ya he leído tu corrección. ¿Mi inteligencia lingüística, dices?, je,je, para eso estudié Filología.
Creo que las emociones nos pertenecen a todos, pero sí es cierto que algunas personas las transmitimos más, cosa que no sé hasta qué punto es bueno.

Anónimo dijo...

Fran, no me había dado cuenta de lo de "bandurría", pero ante todo respetemos el lenguaje, ja, ja, ja.
Aprovecho también para saludarte porque fui alumna del conservatorio cuando tú estabas por allí. A mí me daba clase de piano complementario Juan Fernando, que por cierto igual que tú y que Chic se merece todos los elogios como músico y como profesor.

Sigue haciendo aportaciones tan interesantes en este blog. Mañana intentaré ver Hairspray y luego se la dejaré a María Jesús para que la disfrute.

Besos

BL dijo...

Por lo que veo, si vivieseis en Huesca perteneceríais todos a la misma peña. Guardo gratos recuerdos de mis San Lorenzo, de la peña de guardia y del Sitio de Zaragoza interpretado por la orquesta o el grupo de turno. El azar hizo que me topase con este blog en donde leo comentarios de personas aunadas en un ramo de concomitancias y vivencias envidiables. Espero no molestar en demasía y que las ideas sobrevenidas en periodos de semivigilia no obstaculicen vuestro empeño de atoar a la feligresía adolescente que parece que compartís tú y tus contertulios.
Por una vez, y sin que sirva de precedente, como contrapunto a los versos del día, haré mención a una obra singular y genial que estoy releyendo y entreteniéndome desde hace varios días. De Ciro Alegría, desde el ignoto mundo del indigenismo peruano, al margen de los cosmopolitas ambientes vargallosianos, “El mundo es ancho y ajeno”. Un novelón: argumento, personajes, vivencias, léxico, fluidez lingüística, colorido, competencia narrativa, destreza descriptiva...

Mª Jesús Lamora dijo...

Para mí es un honor que, en periodos de semivigilia o en plena lucidez, escribas en este blog. Que cuentes lo que desees, que recomiendes libros o que plasmes tus recuerdos.
En todo caso, que trasnmitas, como lo haces, emociones.
Creo que sois pocos los que leéis mis entradas.
Los suficientes. Los necesarios.
Repito: Es un honor.
A todos: gracias

Anónimo dijo...

VERSO LIBRE

Ningún verso debería ser otra cosa que la libertad,
ninguno debería estar sometido
a la esclavitud de la palabra,
a la cárcel del espacio,
a la reja de la propiedad,
a la jaula de la idea de un poeta.
Los versos que yo escribo
no debería escribirlos yo.

Rafael Reyes.
01/07/2007

Así, ser poeta o no, como digo hoy, es una cuestión sin sentido.
(Según yo creo, claro, que sentido tampoco tengo mucho)
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Y más leña al fuego:

LA MUERTE DE UN POETA

Un poeta muere cuando escribe.
Un poeta muere cada vez que lee su voz.
Un poeta muere cuando sabe que lo pudo decir mejor.
Un poeta muere cada vez que se despierta.
Un poeta muere cada vez que se desierta.
Un poeta muere al negar la evidencia, al encontrar explicaciones.
Un poeta muere cuando llora solo.
Un poeta muere cuando solo llora.
Un poeta muere al nacer, cuando intenta vivir.
Un poeta muere cada vez que dice amor mío.
Un poeta muere cuando piensa más allá de si mismo.
Un poeta muere al creerse que es poeta.
Un poeta muere cuando es poeta y cuando no lo es.
Un poeta está muriendo mientras yo sigo aquí,
vivo,
esperando a la muerte.

Rafael Reyes
05/02/07