martes, noviembre 27, 2007

Indefectiblemente


Una de la madrugada. Sala de urgencias de un centro médico. Ataque agudo de asma. Mi padre. Camilla, historial, medicación, electro, médica, enfermera, jeringuilla, respiración.
Y, además, el silencio interno que, de repente, te inunda.
Como la noche, con cuanto de mejor y de peor nos ofrece.
Como dos oraciones gramaticales separadas por la eternidad.
Tres menos cuarto de la madrugada. Sigue la luna llena arriba, ahora tras la ventana de la habitación de casa, iluminando con su esplendor todas las grandezas y miserias del ser humano.
Todo ha de continuar. Indefectiblemente, el show ha de seguir.

4 comentarios:

Fran Balsera dijo...

Efectivamente, the show must go on con todas nuestras grandezas y miserias.
Otro vídeo emocionante:
http://es.youtube.com/watch?v=h4yjbsYCupQ&feature=related

Abrazo

BL dijo...

La historia se repite por enésima vez. Los mayoría de seres vivos nacen, crecen, se empeñan de por vida para pagar la hipoteca, se multiplican y mueren. La anomalía radica en que algunos mueren demasiado pronto, otros jamás pagarán hipoteca alguna por mil motivos diversos y otros sufrirán lo indecible hasta encontrase con la muerte. Todos tenemos in mente a algún ser querido que murió antes de hora. Todos tenemos noticia de otros que no necesitan de préstamo alguno para vivir opíparamente; de otros que jamás podrán ni tan sólo plantearse si embarcarse en tamaña singladura y, finalmente, de un tercer grupo que hasta desconocen de qué estamos hablando. Finalmente, el cada día más amplio y longevo colectivo de los dolientes. Nuestra pirámide de edad lleva años distorsionándose, el propio Malthus ya teorizó en parte sobre ello. Nos aferramos a la vida, un clavo ardiente que nos sujeta al paraíso sensitivo y que evita la inevitable caída al ignoto vacío posterior. Todo tiene un precio: Camilla, historial, medicación, electro, médica, enfermera, jeringuilla, respiración. Lo importante es la sonrisa en vida, la mano asida al resorte afectivo y vital, la compañía, el contacto con lo cotidiano. Los hospitales son fríos, como fría debe ser la muerte o la indiferencia del recuerdo vertido en la fosa común de la memoria colectiva. Sí, la vida prosigue y seguirá prosiguiendo hasta el final de los día si lo hubiere. Mientras tanto, como todos, desde el más famoso de los personajes mundanos al más ignorado de los parias, como ya anunciara la dantesca comedia, seguimos naciendo, creciendo, pagando la hipoteca – o no -, reproduciéndonos y, finalmente, muriendo.Tus palabras, tus temas propuestos, siguen provocando que emerjan, como los tristemente famosos hilitos rajoyanos del Prestige, poemas y más poemas desde los más recónditos de los alvéolos de la memoria. Gracias.
Otra vez en la noche... Es el martillo
de la fiebre en las sienes bien vendadas
del niño. —Madre, ¡el pájaro amarillo!¡Las mariposas negras y moradas!
—Duerme, hijo mío. —Y la manita oprime
la madre, junto al lecho. —¡Oh, flor de fuego!
¿Quién ha de helarte, flor de sangre, dime?
Hay en la pobre alcoba olor de espliego;
fuera, la oronda luna que blanquea
cúpula y torre a la ciudad sombría.
Invisible avión moscardonea.—¿Duermes, oh dulce flor de sangre mía?El cristal del balcón repiquetea.
—¡Oh, fría, fría, fría, fría, fría!

Claudio Barrabés dijo...

Ideal elección de música, e imagen, que adorna este momento en que todos debemos pasar o pasaremos.
¿Tanto correr, para que?, debemos echar el freno y disfrutar de cada instante, evitar que los problemas fastidien a los demás, dejemos nuestro egoísmo en la cuneta.
Como me dijo un ángel: enciende una vela, relájate, mira la llama atentamente... tras ese momento, por que no diario, 5 minutos escasos reflexionemos...

Un beso....

Claudio

Mª Jesús Lamora dijo...

Abrazos, Fran, Bl, Claudio, por estar aquí.
Siempre para quienes comparten las emociones.
Gracias por recordarnos esta música, Fran.
A Bl por sus referencias literarias, llenas de lirismo.
A Caludio por su sensibilidad.
¿Somos conscientes de tantas cosas?. A veces se nos olvida que estamos viviendo.