Hoy he decidido que no pienso ir al cine; lo deduje hace varios días, después de ver una película cuyo título no voy a citar para no predisponerte de una manera u otra.
No estoy dispuesta a ver cintas que me dejen un cierto sabor amargo, salvo en una de estas ocasiones:
-Cuando me llame la atención la cartelera fotográfica; entonces, sí, absoluta y rotundamente, sí. Pero sólo en ese caso, y de una manera excepcional, entraré en una sala.
-O cuando la música sea digna de mención; entonces, y también de manera puntual, me arriesgaré a pagar los cuatro euros del día del espectador para escuchar en estéreo lo que merece la pena.
-O si el argumento sé de antemano que no me va a estar haciendo padecer durante un tiempo, aunque sean minutos.
Renuncio explícitamente a pasar malos ratos, salvo que sea absolutamente necesario en mi vida.
Como ya tengo olvidado aquello de ir al cine con el novio y, de paso que miras, mirarlo, no pienso sentarme en una de sus butacas para recordar viejos tiempos.
Renuncio al llanto simplón que te ataca cuando la protagonista muere o cuando percibes que la tragedia se avecina.
-O cuando la música sea digna de mención; entonces, y también de manera puntual, me arriesgaré a pagar los cuatro euros del día del espectador para escuchar en estéreo lo que merece la pena.
-O si el argumento sé de antemano que no me va a estar haciendo padecer durante un tiempo, aunque sean minutos.
Renuncio explícitamente a pasar malos ratos, salvo que sea absolutamente necesario en mi vida.
Como ya tengo olvidado aquello de ir al cine con el novio y, de paso que miras, mirarlo, no pienso sentarme en una de sus butacas para recordar viejos tiempos.
Renuncio al llanto simplón que te ataca cuando la protagonista muere o cuando percibes que la tragedia se avecina.
A pesar de eso, continúo yendo al cine de vez en cuando, siempre los lunes. Me gusta más.
No sé si alguno de vosotros vio en su día "Cinema Paradiso", una bellísima película. Dulce Pontes, a quien tuve ocasión de ver y escuchar en Aínsa hace varios veranos, canta maravillosamente un tema de la banda sonora de la película. La orquesta de Ennio Morricone pone el resto.
http://es.youtube.com/watch?v=Tz6qj4nijdE
Para escucharla sin cortes, deja primero que se cargue entera. Luego... disfruta, tanto del sonido como de las imágenes que nos ofrece.
(Por cierto, recuerdo una actividad, cuando estudiaba Musicoterapia en Vitoria, que consistía en escuchar esta canción, a diferente intensidad, estando tumbados hacia arriba sobre esterillas y con los ojos cerrados, mientras una persona hablaba en voz alta de amor, de amor hacia los seres humanos. Algo especial).
9 comentarios:
Es muy fácil escribir a rebufo de alguien que abre camino. El placer que experimentamos aquellos que gustamos de la escritura, de la lectura, de pensar, es accesible y hedonista gracias a páginas como ésta. La mente se relaja, las palabras fluyen deslizándose sobre rápidos que las encaminan hacia los finales arremansados y seguros que ya intuimos. Compartimos de grado las experiencias y sensaciones que te han embargado a lo largo de tu aparentemente dilatado historial de cinéfila. Vaya, otra asociación de ideas de etimología dudosa, pero paradójica. Los integrantes de la Escuela de palabras y cosas estarían ahora relamiéndose, con su particular semántica, a la sazón con esta palabra. Sería más o menos como persona que asiste a las proyecciones cinematográficas indefectiblemente sentado en su fila, sin barbotear con el vecino con la boca rebosante de palomitas, ni entre estertorosos sorbos de Coca-cola, ni removiendo gusanitos mientras hacer crepitar el papel de aluminio encelofanado.
Hace tiempo que llegué a la misma conclusión. Las películas deberían proyectarse en las granjas, entre los cerdos. No podéis imaginar lo desapercibidos que pasarían estos modernos espectadores entre las piaras y, de paso, como la música parece ser que amansa las fieras, todos saldrían más arremansados, como creía yo que acabaría este comentario. Ya veis, el subconsciente me ha traicionado, quizás he escrito algo políticamente incorrecto, aunque todos lo pensemos y pocas veces osemos expresarlo.
De todos modos, si ello sucediere...¿os imagináis una sala de cine sin palomitas, Coca-colas y aperitivos varios? Así deben ser los cines en el paraíso.
Hablar de cine, tanto del cine en cuanto a espacio físico, como de filmografía, sería tema interesante, más que de debate, sí de ejercicio memorístico.
Cualquier día me pongo a pensar en ello.
Los que leáis estas palabras que aparecen por aquí diariamente también podéis dejar vuestras opiniones sobre el tema y, de paso, comentar alguna película. O lo que queráis, claro.
Mª Jesús, yo te sigo desde hace algún tiempo en este blog y me encanta tu forma de manifestar los sentimientos. Como te expresas.
Además de tu sensibilidad, tu cultura, delicadeza, estoy segura de la gran humanidad que tienes y que no debes de olvidar.
Personas de tu talla intelectual hacen falta en la sociedad en que vivimos.
Gracias, anónimo, por tus palabras, no sé si merecidas o no pero, en cualquier caso, muy gratificantes.
Buenas a todos. Pues yo os voy a recomendar una película que genera muy "buen rollo". Me sentí tan feliz cuando terminé de verla (un viernes) que dos días después estaba otra vez en el cine repitiendo: se trata de la película "Hairspray", la versión de este mismo año con John Travolta. Eso sí, se trata de un musical. El 95% de la película es música (por cierto de una calidad extraordinaria). Esta película, María Jesús, no es de las que hacen llorar, sino que crea una sensación enorme de bienestar una vez que la has visto (o al menos eso es lo que sentí yo)
Abrazo
Eso necesito yo, sensación de bienestar al salir del cine. Que la película del lunes me dejó fatal("Las trece rosas", ya lo he dicho).
Si tú anotas, Fran, que la música de tu recomendación("Hairspray") es extraordinaria, realmente es que lo es. Ya te contaré.
Abrazo para los dos: tú y él.
Me imaginé María Jesús que te referías a la película "Trece Rosas". Yo no la he visto, pero sí un colega y también me dijo que la sala de cine era una piscina de lágrimas.
Abrazos para tí, él y ellas
Parece ser que hoy es fiesta en el blog. Podríamos saber cuántos accedemos simplemente con un escueto comentario, como éste.
saludos.
Es un detalle que te echen de menos.
No es que me haya levantado más tarde, a qué fin. Las siete de la mañana suenan cuando yo estoy en pie. Pero he tenido tantas cosas que hacer (una de ellas saludar a Sipa, que pululaba bajo la niebla a las siete y media -de la mañana, claro- con la escoba en la mano), que he tenido que posponer la entrada para ahora.
Abrazo para ti, para él, para ella, para los demás, para todos.
Veo, Fran, que también madrugas.
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