lunes, enero 21, 2008

El hombre del piano

Soy pianista en un burdel. Casi podría decir que vivo allí; la habitación que pago en la pensión siempre está fría, sus paredes sufren el paso de una vida llena de nada y, además, me siento tan solo, tan espantosamente solo.
Sin embargo, cuando escapo de esta angustia y atravieso las luces de neón que acompañan a los miserables que, como yo, no tenemos donde caernos muertos, resucito, mi sonrisa se vuelve franca y hasta mi paso parece más joven.
Las putas me quieren, incluso alguna de ellas se sienta de vez en cuando a mi lado para pedirme que toque este bolero o aquella otra canción que le recuerda una época lejana; otras me muestran sus pechos arrugados y su voz lenta de tanto saciar otras ansias. También ellas esperan que alguien las salve, entre el humo amargado del ambiente, la copa de licor o las medias de nylon.
Mientras tanto, continuamos en el burdel, unos para vivir, otros para olvidar.
(M.J.Lamora)


2 comentarios:

elena losada dijo...

Parece el inicio de un libro interesante, igual que tú, Mª Jesús.
Espero que lo continúes.
Un besito.

Mª Jesús Lamora dijo...

Tus ánimos siempre me reconfortan.
Insiste, je, je.