Han pasado trece años desde que vi por última vez un recién nacido. Alguien con varios minutos de vida. Simplemente.
Ayer, la mujer salió con algo envuelto, algo menudo; yo estaba allí, sentada, leyendo un libro. Junto a mí había una chica con una niña de varios meses. No nos conocíamos. Ninguna pensábamos en ese momento (yo, por lo menos, no) en nacimientos. Ella acompañaba, dijo, a un muchacho al que intervenían de un problema bucal. Yo iba a saludar a un cirujano.
Pero cuando la enfermera salió del quirófano y pasó junto a nosotras, con un bulto sobre su brazo derecho, ambas, seguro, intuimos que llevaba un ser vivo. Le pregunté si así era y me enseñó una carita rojiza y un cuerpo desnudo que conservaba todavía algo de sangre. A la madre le habían practicado una cesárea.
Ayer, la mujer salió con algo envuelto, algo menudo; yo estaba allí, sentada, leyendo un libro. Junto a mí había una chica con una niña de varios meses. No nos conocíamos. Ninguna pensábamos en ese momento (yo, por lo menos, no) en nacimientos. Ella acompañaba, dijo, a un muchacho al que intervenían de un problema bucal. Yo iba a saludar a un cirujano.
Pero cuando la enfermera salió del quirófano y pasó junto a nosotras, con un bulto sobre su brazo derecho, ambas, seguro, intuimos que llevaba un ser vivo. Le pregunté si así era y me enseñó una carita rojiza y un cuerpo desnudo que conservaba todavía algo de sangre. A la madre le habían practicado una cesárea.
-¿Cómo se llama?
-Julia (Júlia)
La vida, de repente, aparecía ante mí de la forma más asombrosa.
Y un estremecimiento me recorrió el cuerpo de un extremo al otro.
La vida, de repente, aparecía ante mí de la forma más asombrosa.
Y un estremecimiento me recorrió el cuerpo de un extremo al otro.
3 comentarios:
¡Ah, "Palabras para Julia"! Creo que fuiste tú quien me hizo reparar en la belleza de esta canción... probablemente en aquellos lejanos tiempos de estudios y risas compartidos en Lérida. Hoy mi mente ha retrocedido años, décadas (¿cuántas?; no muchas, no, no somos tan mayores) y se ha instalado en el recuerdo.
Mi sobrina pequeña se llama Julia y tiene trece años. ¿No sería ella el recién nacido del que hablas?
Gracias por este momento.
Pilar
Agradecida por la visita a casa, ha sido un placer leerte.
Y el tema que has puesto es una de mis favoritas.
Me ha gustado mucho leer tus textos anteriores.
Recibe un abrazo.
Es un poema de José Agustín Goytisolo que conozco desde hace una eternidad. Siempre que veo o sé de alguien que se llama Julia, recuerdo los versos.
Me alegra que te haya gustado, Pilar.
Para ti, Clarice, al otro lado del mundo, también mi abrazo.
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