miércoles, diciembre 05, 2007

Tres Kilos y medio de páginas

Ya estamos con (no EN sino CON) la Navidad a cuestas. Llegan los descuentos en libros, me anuncian en un correo electrónico. Será para compensar otros gastos. De los correos que uno-a recibe se podría hablar largo y tendido. El de hoy, para no variar, también se las trae. Descuentos en libros, es decir, los libros se abaratan.
Esto ya no es lo que era. Me ocurre como a las personas mayores, a las de mucha edad, no a las de sesenta o setenta, no, a las más de las más, cuando dicen: “¿Dónde vamos a parar?” Pues así estoy pensando yo, y tengo bastantes años menos. Te puedes encontrar un libro de poesía, es lo más corriente, a un euro, o menos, que yo he sido testigo de semejante barbarie, con lo que le habrá costado escribirlo al autor. Y, si compras varios, el último te lo regalan. ¡Qué improperio!
Yo, que pensaba ganarme algún dinero con los versos, mejor desisto.
A ver si va a ser, lo de los descuentos, como lo de aquéllos que vendían (o venden) libros a peso. Tal cual. Déme tres kilos y medio. Pasa un poco. Bueno, da igual, si no es grande la diferencia. Es que, no sé, si quito Crimen y castigo tendré que poner varios de chistes de Eugenio para compensar. ¡Vale, total…! Mire, y éste se lo añado gratis, que ya estorba en la estantería.
¿Y los títulos? No hace falta molestarse, cuantos más haya, mejor, todos los que se puedan en esos tres kilos y medio estarán bien.
He presenciado, doy mi palabra, alguna otra situación esperpéntica con eso de los libros. En una cena de Nocheviejeja, al anfitrión no se le ocurrió otra cosa que colocar, debajo de una pata coja de la mesa repleta de manjares, un libro. Así sirve para algo, je, je, espetó mi amigo. El bombazo fue que ese libro en cuestión había sido escrito por uno de los presentes. Y él lo sabía.
Te encuentras libros por doquier, como en, sí sí, cestas navideñas, no en las que están a rebosar de alimentos varios, que ahí lo que cuenta son los espárragospatésturronesygüisquichelis, sino en las que se utilizan para colocar un belén de yeso pintado ad llibitum y rodeado de espumillón de colores, y que sirve, a la postre, para desear lo mejor de lo mejor. Cuando lo miras detenidamente, por ejemplo en el rastrillo para ayudas de diversa índole, te das cuenta de que, debajo del buey, por citar algún elemento, aparecen las 20.000 leguas de viaje submarino, o, detrás de la mula, así, como quien no quiere la cosa, tapadas con telas aterciopelada, asoman las eternas y tantas veces versionadas mujercitas de antaño. Todo para sujetar las figuras en su lugar correspondiente. Pobres Jo, Meg, Amy y Beth, quienes ya padecieron sin su padre y acaban de esta manera, con mis debidos respetos a la mula del belén.
Ya no sé si comprar la cesta por el niñito Jesús o por sumergirme de nuevo en profundidades vernianas y reler y remirar y retocar, en suma, las joyas literarias que inundaron mi infancia de imaginación.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Si tenemos en cuenta que los alumnos flaquean en la lectura, que un 18% no comprenden lo que leen y, a todo esto le sumamos los que utilizan los libros para calzar la mesas, esto se empieza a complicar.
Si se quieren vender libros hay que sacar promociones.
Esperaremos a las rebajas de Enero.
María

Fran Balsera dijo...

¡Qué aberración lo del libro en la pata de la mesa! Espero que su autor no fuese quien me imagino. En fin, que en los tiempos que corren hay poca sensibilidad por las artes en general. Menos mal que estamos los de este blog para disfrutar de cualquier manifestación artística.
Abrazo

Anónimo dijo...

Hoy Javier Civiac ha venido al colegio, invitado por Maria Jesús, a enseñar a los alumnos/as instrumentos tradicionales aragoneses. Estoy segura de que este tipo de actividades nunca las olvidarán tus alumnos.

Me he perdido el concierto pero desde la clase contigua he podido escuchar el sonido de la gaita mientras imaginaba a tus alumnos fascinados con las explicaciones de Javier.

Gracias a tus contactos y a tus amistades podemos disfrutar de música en directo.

¡Ánimo! Tu blog se está haciendo famoso.

Mª Jesús Lamora dijo...

Menos mal que hacéis comentarios, que enviáis los escritos, que compartís conmigo las manifestaciones de la vida.
Para los tres, abrazos cinco mil.
P.D. Fran, en efectoooooooo, el autor del libro es quien tú imaginas. Y el amiguete lo utilizó de esta guisa a propósito, je, je.
El concierto ha sido un éxito. Alumnos de cinco clases, todos a la vez y sin rechistar, escuchando y mirando atentamente. Da gusto.